-Hola- dijo el Principito.
-Hola- contestó el estudiante.
-¿Qué haces?- preguntó el Principito.
-Estudiar.
- ¿Y tú quién eres?- preguntó sorprendido el estudiante.
- ¿Qué estudias?
- Sintaxis.
-¿Y para qué sirve?
-¿Para qué sirve?
-Sí.
-Pues...- el estudiante se quedó bloqueado ante esta pregunta.
-Mi profesor dice que te ayuda a expresarte mejor.
-Ah.
El Principito estaba cansado por su largo viaje hasta ese extraño lugar, pero sentía curiosidad.
-¿Y por qué estudias?- preguntó el Principito.
-Porque quiero conseguir un buen trabajo, ganar mucho dinero y ser feliz. Estudio voluntariamente sin que nadie me obligue.
-No lo entiendo- dijo el Principito. -¿Para qué necesitas todas esas cosas para ser feliz? ¿Acaso el dinero da la felicidad? Yo vivo en un planeta muy pequeño, en el que lo único que hay son tres volcanes, uno de ellos está apagado y una flor... y soy feliz.
El estudiante quedó en silencio. El Principito prosiguió:
-Deberías estudiar para aprender y trabajar en algo que te haga feliz, independientemente del dinero que ganes.
El estudiante permaneció en silencio, pensando en lo que el Principito le había dicho.
Ignacio M
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